Estoy como una maldita cabra. Eso ya lo sabia yo, pero empiezo a preocuparme. Primero, en dos semanas me he acabado tres series. La ultima semana era de exámenes, de modo que tuve menos tiempo. Después, un profesor mio (el de matemáticas, con el que me llevo tan bien) me ha preguntado si podría dejar de pintar y hacerle caso. Ni he levantado la cabeza del papel. Solo he contestado "Sí, cuando deje de respirar, dejare de dibujar" La que se ha armado en la clase...
¡Jo, pero la culpa no ha sido mía! Es que cada vez que veo una serie nueva, con nuevos ojos, nuevos peinados, nuevas características de personajes, debo de pintarlos. Mi mente, perdón, mi bullicio de ideas, no para quieta y no me permita estarlo a mi tampoco. Que si una nueva serie, que si un libro, que si una película, ¿Una obra de teatro? deberíamos consultarlos con los editores...
¡¡Quieta!! Le grito. Se queda parada un momento y me dice "Claro, cuando acabes con el blog. Y recuerda que después tienes que hacer un trabajo. A si, y no olvides tu cita con el dibujo de X, dijiste que se lo tendrías para el lunes ha primera hora....
¿Domar la mente? ¡Ni de coña!
Normalmente con mi mente o me pasa esto o me insulta cuando digo que no puedo mas...
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